Es un lujado como a cada paso teníamos una explicación maravillosa de los detalles que cientos de veces habíamos visto y no sabíamos el por que, Añojos,erales,utreros y cuatreros que gusto señores.
Las reses corrían a nuestra vera acompañandonos creídas de ser los que teníamos que dar el alimento.
El paraje a tan solo unos km de la ciudad, nos metía de lleno en un paraje sin igual, olor a primavera sin serlo aún.
El gallo posa majestuoso a nuestro paso, hacía tiempo que no veíamos un ejemplar tan grandioso
y 22 km después llegábamos de nuevo a nuestro inicio desde la venta el Rocio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario