Mañana fresquita, ideal para patear sin rumbo fijo por Badajoz, me llama la atención el viejo molino abandonado junto al río Rivillas, cuantos días camino de mi colegio(Virgen de Guadalupe) lo veíamos y alguna pobre lagartija caía por el tino de una certera piedra salida de nuestras manos,veo como el tiempo pasa y me hago mayor, y miro las ruinas del viejo molino y sigue igual defendiéndose del abandono, negándose a desaparecer, no le damos importancia, pero seguro que el tiempo termine por vencerlo ese día añoraremos su ausencia.
Garcetas por las aguas del casi invisible Río Rivillas, acostumbrados ya al ruido humano de sus coches y demás ruidos, pasa impasible de mi y de mi cámara y se deja fotografiar mil veces.
Otro rincón olvidado aunque adecentado últimamente es el fuerte de San Roque, antiguo parque de Bomberos, estoy seguro que a una gran mayoría de pacense no se les ha ocurrido asomarse y de seguro ni sabe de su existencia aún pasando mil veces a su lado, la integración en el entorno de la ciudad hizo su trabajo y aquí esta mimetizado y olvidado.
La entrada a la Alcazaba, enigmática como siempre, por mas veces que entro por este sitio siempre me invade un cierto temor a encontrarme a alguien acechando por estas oscuras habitaciones de las torres, mira que yo suelo patear castillos y ruinas abandonadas por cualquier rincón de la provincia sin miedo, pero este sitio me vence, la verdad que me trae algún mal recuerdo de pequeño que con algún gitano de la época nos dio el susto padre.
Como veis la remodelación de la Alcazaba ha quedado de maravilla, se puede dar una vuelta por todo el recinto amurallado regalándonos a los ojos unas formidables vistas, desde estos oteros se hace uno a la idea de como los centinelas paisanos de aquellos tiempos, vigilaban las presencias hostiles a la ciudad.
Nuestra vecina Elvas nos mira tan cercana como si de un barrio mas de la ciudad, siempre presente, siempre a nuestro lado, enemigos de antaño, hermanos en la actualidad, creo que nuestro futuro y el de lo portugueses esta ligado a nuestro entendimiento, la desaparición de las fronteras ha sido el éxito mayor de nuestra era
El Guardiana, testigo mudo de nuestro crecer, aguas tranquilas que cuando se crecen son capaces de lo peor, recuerdos no muy lejanos de una crecida asesina 18 vidas en una noche cruel en nuestro recuerdo,pero a su vez río de vida, mal gestionado por nosotros y totalmente infrautilizado, un regalo que aún no hemos desenvuelto y sin embargo lo tenemos estropeado, cuanto potencial en nuestras manos, que torpes somos, ya no sé cuantos políticos han gestionado la ciudad y ninguno a luchado por el, ahora parece que tímidamente por sus margenes adecentan las orillas ya veremos...
último rincón de mi caminata, siempre agradable a la vista, Las Adoratrices, edificio singular con una belleza característica, majestuosa y sobria, enfundada en galones muestra el camino a nuestra magnifica Plaza Alta.
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